Los camaleones suelen medir unos 25-30 cm de longitud (excepcionalmente 60 cm). Están adaptados a la vida arborícola. El cuerpo es alto y comprimido lateralmente y su cola es larga, curvada y prensil. Sus patas largas y delgadas patas lo separan del suelo y sus dedos están divididos en dos grupos de dos y tres dedos (cinco dedos en dos grupos oponibles) que les permiten agarrar las ramas de los árboles, en donde suelen vivir. Su lengua, larga y pegajosa le sirve para alimentarse.
Esta propiedad del camaleón es por la que más se le conoce. Un ejemplo claro es el de que cuando el camaleón camina sobre una hoja, un tronco o una rama, el camaleón adopta su color. Esto es debido a que posee dos capas pigmentarias en la piel, la exterior de color amarillo claro y la profunda de color pardo oscuro o negra. Las células pigmentarias de estas dos capas están sometidas a la influencia del gran simpático, y según que el animal se halle en la oscuridad o expuesto a la luz tegumentaria.
El hábitat indiscutible de los camaleones es, sobre todo, al Sur de Andalucía y en el extenso continente africano además de Madagascar.
El camaleón suele vivir en los bosques y pinares porque así puede refugiarse mediante la técnica del camuflaje y, además, debajo de las ramas y hojas de los árboles viven los insectos de los que se alimentan los camaleones.
Los camaleones son animales en su mayoría, ovíparos. Algunos paren crías vivas y otros ponen huevos. Los que ponen huevos, bajan al suelo a depositar su puesta, de 30-40 huevos en una madriguera. Después rellenan el hueco para protegerlos, así, cuando nacen, los jóvenes tienen que excavar por sí mismos para salir.
Los Camaleones en Peligro de Extinción
El camaleón es un reptil en peligro de extinción debido a la destrucción de pinares y bosques y a la presión del ser humano sobre el litoral costero. La construcción de carreteras provoca la discontinuidad del territorio del camaleón. Otro de los peligros es su gran rareza y su propiedad de cambiar de color, que le gusta a muchas personas y se lo llevan fuera de su hábitat natural. Para remediar esto, la Ley castiga severamente a quien se apropie de ellos.
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